Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón, Si me das el éxito, no me quites la humildad, Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a mi mismo Y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer En el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Enséñame que perdonar es un signo de grandeza Y que la venganza es una señal de bajeza. Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso. Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si La gente me ofende, dame valor para perdonar. ¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí! vas a notar que te cura el mal que te esté afligiendo, bien sea enfermedad o problemas, situación, circunstancia, o lo que sea, lo cura todo... Te voy a hablar en palabras de a «puya»*, lo cual significa que lo vas a comprender y aprender en menos de un minuto, o sea en el tiempo que tardas en leer esto, y te advierto que está medido por el reloj. Además te advierto que te va a encantar y vas a desear enseñárselo a todo el mundo para que sea feliz. En el lenguaje Metafísico auténtico lo llamamos «El Latido Universal», pero llámalo tú el «Cúralo-Todo», porque vas a notar que te cura el mal que te esté afligiendo, bien sea enfermedad o problemas, situación, circunstancia, o lo que sea, lo cura todo y no solamente a ti sino aquello que mires en otro, como un defecto, un vicio, etc. No importa de qué se trate, no importa lo que ande mal, el «Cúralo-Todo» lo arregla. Bueno, ahora vas a mirar el reloj para que sepas en cuanto tiempo aprendes el «Tratamiento», o en cuánto tiempo lo haces. Es un «Tratamiento» y lo llamaremos «el remedio» o la medicina, como tú prefieras. Vamos pues: En el mismo instante en que tú te sientas mal; o en el mismo instante en que se te manifieste un problema; o en el mismo instante en que lo veas en otro tómate el pulso. Esto se hace colocando la yema de uno de tus dedos pulgar sobre la muñeca del brazo opuesto, tal como lo hace el médico, hasta que sientas el latido de tu corazón. Quédate unos momentos gozándolo porque es agradable. Este es el Primer paso. El Segundo paso es pensar un poquito; ¿Bien y de donde viene a mi ese latido? ¿Qué lo produce? Trata de contestarte esas dos preguntas tú mismo, porque fíjate que tú no estás ni atado a ningún otro ser, ni estás enchufado a la electricidad, ni estás sembrado en el jardín. Eres libre e independiente y si estuvieras suspendido en el espacio, siempre seguirías sintiendo el latido de tu corazón. El tercer paso es decir en alto voz: «Padre Nuestro te invoco a la acción» (3 veces) y ahora dices: «Gracias Padre que me has oído». Y ahora te vas, no pienses más en la enfermedad o en el problema. Repite el remedio «Cúralo-Todo» tres veces al día tal como te lo ordena el médico, ya tu sabes cuánto tiempo te toma. Espero que no se te olvide chequear en tu reloj. No me creas… Sólo ensáyalo. No pierdes nada. Sí, ya sé… me vas a decir que cuántos se toman el pulso al sentirse mal y no se les quita lo que les molesta. Es auténtico. Pero nadie goza tomándose pulso, primeramente. Por lo general, lo hacen con gran temor de encontrar que lo tienen demasiado rápido. Segundo, al instante declaran con gran convicción «estoy enfermo, estoy malísimo», eso es lo que llamarnos Un Decreto, y estoy decretando y no tiene más remedio que manifestarse. Eso es Metafísica. Pero él no sabe Metafísica. Tercero y último. Lo que sí se le ocurre es invocar al médico y llenarse el cuerpo de cosas químicas. La gran diferencia consiste en mantenerse tranquilo, pensar en las cosas buenas y positivas como la vida, la salud, etc. y hacer la invocación. A las personas más adelantadas quienes ya conocen la maravilla Metafísica, le recomendamos que piensen que ese latido significa vida, salud, fuerza, equilibrio, armonía, paz, etc., y que todo el mundo está recibiendo las mismas condiciones. Por eso agregamos las gracias. –Conny Méndez Extraído de su libro «Metafisica 4 en 1» Vol. II, Capítulo «Cúralo todo», pag. 253. Decreto: CON UNA SOLA VEZ QUE YO ENSAYE LO QUE AQUÍ DIGO, NO SE ME VOLVERÁ A OLVIDAR JAMÁS Metafísica de Conny Méndez:
Parecería que esta receta fuera difícil de poner en práctica, pero no es cierto. Basta con ensayarla una sola vez para que no se vuelva a olvidar. Ahora, antes de comenzar a poner en práctica los puntos enumerados, hay que hacer el siguiente Decreto: CON UNA SOLA VEZ QUE YO ENSAYE LO QUE AQUÍ DIGO, NO SE ME VOLVERÁ A OLVIDAR JAMÁS 1: YO no hablo, ni permito que se me hable nada contrario a la perfecta salud, la felicidad y la prosperidad. 2: YO le hago sentir a todo ser viviente que lo considero valioso. 3: YO le busco el lado bueno a todo lo que me ocurre, y a todo lo que veo ocurrir a otros. 4: YO pienso en todo lo mejor. Espero todo lo mejor. Trabajo únicamente por lo mejor. 5: YO siento igual entusiasmo por lo bueno que le ocurre a otro, que por lo que me ocurre a mí. 6: YO olvido mis errores del pasado y sigo adelante a mayores triunfos. 7: YO llevo una expresión agradable en todo momento, y sonrío a todo ser que contacto. 8: YO no tengo tiempo para criticar a los demás, ya que paso tanto tiempo mejorándome. 9: YO me hago tan fuerte que nada puede perturbar la paz de mi mente. 10: YO SOY demasiado grande para preocuparme. Demasiado noble para enfurecerme. Demasiado fuerte para temer. Demasiado feliz para permitir la presencia de algo negativo. |
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Mayo 2023
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