CONTACTANDO AL SER

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Cada ser humano puede concienciar la “Totalidad de la Vida” de acuerdo a su naturaleza: el político, por su servicio; el maestro, por su enseñanza; el intelectual, por el estudio; el sabio, por la observación; el artista, por su arte; el músico, en su canción; el científico, por la comprobación; el médico, por la sanación; el místico, por amor; el economista, por su administración; el sacerdote, por su bendición; la cocinera, por su comida; y así cada quien con su razón.

Al cantar, Dios palpita en todas las células del Ser; al escribir, se lo siente en la punta del lápiz y en las teclas del ordenador; al pintar se lo ve en los colores; al editar, en los libros que van a la imprenta, en los distribuidores y lectores; al conferenciar, en el flujo de las palabras; y al estar en Navidad, en el silencio. A Dios no hay que ir a buscarlo a ninguna parte, sea un templo, país, montaña, libro, persona o talismán.

Aunque Dios está en todo, solo se lo puede concienciar comprendiendo la “Presencia de su Ser” que está dentro de uno, en cada cosa, persona, lugar, estado de consciencia y más allá todavía, en el omniabarcante acontecer.

Cada vez que necesites un “Aspecto de Dios” y lo invoques, acuérdate de decir: “Gracias Padre” antes de recibirlo, como si ya lo tuvieras; hazlo de la manera siguiente: “Gracias Padre que ya tengo trabajo (dinero, taxi, casa nueva, cupo en un avión o lo que sea)”. Esto es una demostración de fe tan grande, que hace que se manifieste cada “Aspecto de Dios” que decretas en oración.